sábado, 20 de agosto de 2011

Prefiero arriesgar y fallar a no poder rectificar .

Y es que en la mayoría de las ocasiones no es fácil decir lo que pensamos o lo que llevamos dentro. A veces no lo hacemos por temer a hacer el ridículo , por miedo a ser rechazados o simplemente porque somos incapaces de verbalizar  y transmitir a esa otra persona lo que nos nos deja dormir cada noche. 
Y lo cierto es que me parece uno de los errores más estúpidos .
Puede que mañana ya no tengas a esa persona en frente de ti , esperando para oír lo que no te atreves a decirle , o puede que haya encontrado a una tercera que ocupe tu lugar y no tenga miedo de decir lo que siente. Estoy segura de que cada segundo que pasas sin actuar , estás multiplicando tus probabilidades de perderle.
Por ese motivo , precisamente , admiro a la gente que , repentinamente y sin ningún motivo aparente , es capaz de arrancarte una sonrisa y quizá algo más diciéndote esas dos palabras. 


Porque yo , que antes veía como un síntoma de debilidad , esa extrema sensibilidad de algunas personas , ahora no podría vivir sin ellas. Y aunque sigo pensando que puedes sufrir más  por su forma de ser , por sentir todo multiplicado por cien , me parece más inteligente sufrir sintiendo , que no haciéndolo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario