Me encantaría que esta noche te deslizaras entre mis sábanas mientras durmiera y me abrazaras. Y que luego por la mañana me despertaras con uno de esos besos tuyos que me endulzan el día. Eso es lo que más deseo en el mundo. Y si eso no puede ser, me encantaría que me llamaras a las tres de la madrugada sólo para decirme lo mucho que me añoras. Y, aunque me enfadase o simplemente no te hiciese mucho caso, puedes estar seguro de que al levantarme, me acordaría de cada una de tus palabras con mucho cariño y sonreiría como una tonta durante el resto del día. Porque tú me haces feliz. .
No hay comentarios:
Publicar un comentario